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miércoles, marzo 28, 2007

Circus

Aun recuerdo aquella tarde de verano, era domingo, había un sol radiante y la brisa soplaba fresca sobre la copa de los árboles en el jardín meciendo suavemente sus hojas. Yo me encontraba en mi cuarto, algo aburrido de tanto jugar solo con los mismos juguetes una y otra vez, solía ser un chico solitario y prácticamente no tenía amigos, salvo mi vecino, Santiago, que por esos días tenía una gripe fortísima y no lo dejaban salir de casa.

Jamás olvidaré la emoción que sentí cuando mi papá gritó parado al pie de la escalera:

__ ¡Diego a vestirse que nos vamos al circo!

Yo tendría unos diez años y nunca había visto un circo, así que esas palabras retumbaron en mi cabeza como si de una explosión se tratara, y de alguna forma fue así, una explosión de alegría y felicidad me hicieron enloquecer, o al menos eso creía yo. A la velocidad del rayo me vestí y bajé al salón, donde encontré a mis padres ya arreglados y tomando sus abrigos, listos para emprender camino.

Tardamos unos 30 minutos en llegar, pero para mí fue una eternidad, tiempo suficiente para soñar con toda clase de animales, payasos y traga fuegos. Era tal la emoción que sentía un universo de estrellas titilando en mi estómago, estaba tan ansioso por llegar que hasta sentí ganas de hacer pipi, pero no me atreví a decir nada para no retrasar más nuestra llegada, así que me aguanté.

Ya estábamos en el estacionamiento, un terraplén inmenso a mis ojos y atestado de vehículos, y mientras mi papá buscaba un puesto para dejar el carro, yo veía hipnotizado al fondo del terreno la gran carpa que se levantaba con sus grandes puntas señalando al cielo. No podía creer que fuera de tal tamaño, era gigante y sus franjas verticales de colores vibrantes la hacían ver casi infinita, sin duda albergaba en ella el mundo de fantasía que mi pequeña cabecita se había imaginado.

A partir de ese momento yo me quedé en un estado como de trance, como si la magia de ese lugar hubiese hecho efecto en mí, no dejaba de sorprenderme con los elefantes y su orejas descomunales, leones de fauces aterradoras a punto de devorar la cabeza de algún domador, monos que hacían gracias y piruetas dando saltos de aquí para allá, perros amaestrados que brincaban haciendo figuras en el aire y cruzando aros prendidos en llamas, caballos que llevaban sobre sus cabezas unos sobreros de largos penachos adornados con plumas de colores y sobre sus lomos equilibristas que deleitaban con su destreza. Los malabaristas y los trapecistas no podían ser simples seres humanos, para mí eran dioses que hacían alarde de sus poderes sobrenaturales, tragaban espadas, hacías malabares con antorchas, volaban por los aires como aves ligeras y llenas de gracia.

Lo que viví en esa especie de mundo irreal y paralelo al cotidiano fue simplemente indescriptible e inolvidable. Fue algo tan maravilloso que quedó grabado en mi ser y siento exactamente la misma emoción cada vez que lo recuerdo, por eso cuando necesito hacer un alto en mi vida cotidiana, ajetreada y monótona, vuelo a aquel lugar de ensueño en el que puedo volver a ser niño una vez más.

5 comentarios:

Unknown dijo...

hola jnani, mi amiga de letras, sonaste muy emotiva, supongo que hay algo de autobiográfico en tu historia. quiero que leas un nuevo escrito que voy a publicar, posiblemente esta noche

Unknown dijo...

Me recordaste que debo visitar a mi mundo paralelo¡ He estado atada por estos dias al terrenal, al real y resulta muy cruel en ocasiones...

Nos vemos en el circo ;)

Anónimo dijo...

De leerte me han entrado ganas de ir al circo. Un texto muy evocador ^^
Te recomiendo una película: "The Mirror Mask". Es francesa y por supuesto tiene que ver con el mundo del circo, pero es solo el marco donde se desarrolla una tierna película de fantasía.

mtgonv dijo...

me encanta!!!
buenisimo!!!

te tengo un regalito
leda listo!!! - www.mtgonv.blogspot.com

Rafael dijo...

Primera vez por estos lares.

Al final son esos recuerdos lo único que nos queda, la vida es un puñado de recuerdos que nos han traido a lo que somos hoy.

Saludos!

"between life & death"