RSS Feed

viernes, marzo 09, 2007

Gracias.

Ayer, cosas de la vida, justo cuando se celebraba el Día Internacional de la Mujer, falleció mi abuelita.

La noticia definitivamente me sacudió aunque, debo confesar que a pesar de ser una viejita completamente saludable, desde hace días yo sospechaba que algo así podía pasar. Jugadas del sexto sentido.

Viendo en retrospectiva su vida y el legado que nos dejó, no puedo menos que concluir que fue una mujer excepcional. Siendo durante años enfermera de La Maternidad Concepción Palacios en la unidad de prematuros, vio de cerca la muerte en los ojitos de esos bebés, pero también aprendió como nadie a agradecer la vida y precisamente esa fue la mejor herencia que nos dejó. Por encima de todo, ella valoraba la vida y entendía perfectamente que sólo valía la pena vivirla con alegría y con la profunda esperanza de que, sin importar lo que pasara, sin duda mañana brillaría de nuevo el sol y las cosas irremediablemente serían mejor, su confianza en Dios era más que evidente. Al cuidado de esos pequeñitos y en el trato a todos los que la conocían, nos enseñaba con el ejemplo el valor de ayudar y de tender siempre una mano generosa a quien lo necesitara, además de brindar una palabra atenta a todo el que se cruzara por allí. Su vocación de servicio era admirable.

En estos momentos de reflexión que habitualmente acompañan a la muerte, y un poco en ocasión del día de la mujer, doy gracias a Dios por mi abuelita, pero también por todas las mujeres excepcionales que ha enviado a mi vida para hacer mí lo que soy hoy en día. Gracias por mi mamá y su paciencia infinita. Gracias por mi tía y su amor incondicional. Gracias por mi nanita, mi segunda madre (soy tan infinitamente privilegiada que Dios me bendijo con dos madres amorosas: una me dio la vida y la otra dedicó parte de la suya a quererme y cuidarme como si tuviera yo su sangre). Gracias por mi madrina y su fortaleza férrea.

Simplemente Gracias.

0 comentarios: