RSS Feed

martes, noviembre 14, 2006

Me has enseñado...



¡Cuántas cosas he aprendido a tu lado! Dios me bendijo trayéndote a mi vida para colmarme de lecciones, para ayudarme a crecer como ser humano y aprender cada vez más sobre mí misma.

Me has enseñado que el trancurrir del tiempo cambia caprichosamente, especialmente cuando estoy a tu lado, y que sólo se necesita un instante para descubrir toda una nueva vida. Abrir la puerta a lo nuevo, a lo desconocido, a lo deseado, a lo anhelado, sólo toma un segundo. Dios nos ha demostrado que 17 años de "presente ausencia" pueden significar toda una existencia de compañía.

Me has enseñado lo que significa la paciencia, aunque me dices que no la practico, pero poco a poco voy aprendiendo de tu ejemplo, al ver cómo conservas la calma conmigo...¡Respira hondo, puedo ser algo lenta!

Me has enseñado lo dañina que es la intransigencia, para conmigo misma y los demás, me has puesto de frente a la necesidad de ser menos severa y menos exigente, pero al mismo tiempo más flexible, más comprensiva y más compasiva.

Me has enseñado cómo usar el filtro que hay entre el cerebro y la boca (siempre he sabido que existía, pero veo que no sabía usarlo muy bien), no para callar mis pensamientos ni para censurar mis ideas, sino para ser prudente con mis palabras y evitar herir a quienes amo. Me has enseñado que literalmente soy esclava de lo que digo y dueña de lo que callo.

Me has enseñado a acercarme a mi propia vulnerabilidad, abrir mis sentimientos honestamente, sin querer poner sobre ellos un velo para disimularlos. Me has enseñado a perder el miedo a equivocarme, caerme y ser dañada por mostrar mis emociones tal como son.

Es cierto eso que dicen, que las parejas que tenemos en la vida son maestros que nos ponen de frente a nuestras debilidades para superarlas, y tú has venido a ser el maestro más cariñoso y bondadoso que hubiese podido imaginar.

Aunque no te hayas dado cuenta, aunque no te lo hayas propuesto, gracias a tí y a todo lo que me estás enseñando con tu amor, creo que soy y puedo seguir siendo un mejor ser humano, por eso sólo puedo amarte con todo lo que soy y con todo lo que has hecho de mí.

lunes, noviembre 06, 2006

Fijando Prioridades


¿Cuántas veces no hemos soñado con tener una vida exitosa, llena de lujos y placeres?¿Qué ocurre cuando el precio para alcanzar esa meta es precisamente nuestra vida personal y nuestra felicidad?¿Cómo se supone que es la verdadera felicidad, qué cara tiene, cómo es su apariencia?

Para muchos de quienes me conocen resulta lo menos raro que sea precisamente yo quien se formula esas preguntas, yo que hasta hace poco era una persona completamente enfocada en mi desarrollo profesional, que todavía me quedan tantos logros por alcanzar, que aún soy joven para seguir escalando metas, pero precisamente por haber logrado todo lo que he hecho hasta ahora es que soy capaz de cuestionarme a mí misma si mi felicidad está basada en esos logros...La respuesta es no.

Así como yo, hay tantas otras personas que cada día se enfrentan a la realidad de que para sentirse realmente plenos, satisfechos y felices es necesario replantearse prioridades y volver a organizar la lista, lamentablemente muchos lo reconocen cuando parecer ser demasiado tarde (cuando ya se ha roto un hogar, cuando ya no hay comunicación con la pareja, cuando tienes meses o años que no tienen una conversación con sus mejores amigos, cuando ni siquiera recuerdan la última vez que hablaron con un familiar cercano), pero otros reaccionamos a tiempo, o al menos eso esperamos, y decidimos reestablecer el equilibrio, nuestro propio equilibrio.

Pasamos a tomar conciencia de la importancia de nuestro bienestar, esa frase tan trillada de que para poder dar amor primero tenemos que amarnos aplica perfectamente al caso y cobra una preponderancia vital, saber que no podemos dar nada al resto del mundo a menos que primero recarguemos esas pilas internas llamadas auto-estima, amor propio, confianza, o cualquier otro mote que queramos darles.

Igualmente se acepta la necesidad de cultivar relaciones sanas, basadas en una comunicación abierta y honesta, lo cual requiere tiempo, no lo podemos hacer sentados desde un computador en la oficina. Eso implica compartir y convivir con la pareja, la familia, los amigos, el mundo!!!! Si bien es cierto que debemos empezar por nuestro interior, eso no significa que estemos aislados del entorno que nos rodea, por lo tanto para mantener las cosas en perspectiva, debemos abrirnos a los demás, sabiendo valorarlos, amarlos y estando presentes no sólo de mente o cuerpo sino también de corazón.

La lista de allí en lo sucesivo puede ser tan larga como cada quien desee, pero lo indispensable para mantener la balanza equilibrada no se mide precisamente por cuánto dinero acumulemos, qué tan alto lleguemos en nuestro desarrollo laboral (lo cual no deja de ser importante, sólo que ya no es "lo más" importante), cuántos carros tenemos en el garaje, cuántas tarjetas de crédito doradas y platinum adornan nuestras billeteras, el equilibrio se mide por la cantidad de abrazos que damos, las sonrisas que regalamos, las veces que brindamos un "te amo" o un "te quiero", las veces que decimos y cumplimos con un "cuenta conmigo", en fin la balanza se equilibra cuando la felicidad viene desde adentro y no cuando es un simple accesorio exterior.