
Tal vez a simple vista todo siga igual, pero los ojos que ven son otros, la piel que siente es otra, el corazón que late ya no es el mismo, es el ciclo eterno del Fenix que renace entre sus cenizas, siempre nuevo, viviendo aún sabiendo que al final se consumirá en sus propias llamas para terminar por reinventarse una vez más.
Es así que nunca soy la misma y, de hecho, necesito que sea así, replantearme lo que en un momento doy por sentado, buscar nuevas perspectivas y tomarme mi tiempo para transformarme...Volver sobre mis pasos, recorrer mis propias huellas, reconocer senderos ya andados y ver paisajes conocidos...
1 comentarios:
Andar el camino. Eso es todo lo que parece que hay que hacer.
Abrazos,
Publicar un comentario