RSS Feed

domingo, abril 04, 2010

Saltando la Rayuela


Llevo semanas (cuántas van ya? meses? será posible?) presintiendo algo que no puede ser bueno, creo que me estoy enfermando y los síntomas, lejos de mitigarse con el paso del tiempo, se hacen más fuertes y aparecen unos nuevos cada vez más molestos: falta de energía, sueño constante, bostezos recurrentes y a deshoras, falta de apetito ó hambre atroz, una suerte de pesadez en la cabeza como una nube que augura tormenta pero no termina de convertirse en chaparrón/dolor de una buena vez, a ver si por lo menos lo mato a punta de paraguasos o analgésicos.

Creo que es un virus de esos que pesca uno en cualquier oficina, en alguna cola de banco o centro comercial; o puede que sea más bien una bacteria de esas que nos abordan y elijen nuestro estómago como hogar cuando nos echan el ojo en algún restaurant o en una mesa de higiene dudosa; o de repente me picó un zancudo, no sé si "patas blancas" , tan rápido fue que no me dió tiempo de verle el color...o tal vez sea que, totalmente egoísta y sin ánimo de dejar para nadie, tengo un "con todo" y me las ingenié para que virus, bacteria y zancudo convergieran precisamente en esta humanidad.

Lo cierto es que me temo picada de Sin-Sentido, con fiebre de Para-Qué y cólicos de Creo-Que-No-Me-Importa, todo probervial, bíblico y desmesurado.

Me ha dado por parecerme a Horacio Oliveira, cuestionando el sentido de todo, reflexionando acerca de lo profundo o lo profano - da lo mismo que sea una cosa o la otra, lo que realmente importa es pensarlo - perdiendo horas discurriendo ideas o decantándolas con los del Club de la Serpiente para finalmente llegar a la conclusión de que no hay conclusión y se supone que está bien, de hecho debe ser así, recorrer una y otra vez la misma senda para llegar a ninguna parte; pues he hecho tan bien la tarea que es allí dónde precisamente creo haber llegado.
Al que esté a punto de llegar, le tengo noticias: esto no es París, no hay Maga, ni Rocamadour, cero Gregorovius, nulos Ronald y Etienne, en fin, nada, salvo un profundo fastidio ante tanta carencia de sentido.

Y es así como lo declaro: estoy fastidia, aburrida, ostinada. Sin mayor explicación, sin justificación. Punto.

Me imagino que así como llegué aquí, podré salir; que así como me contagié de "Y-qué?", terminaré por curarme; por lo pronto me voy a dormir a ver si retengo otro poquito de Domingo y rogando al Señor que cuando abra los ojos no sea Lunes.

0 comentarios: