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sábado, abril 10, 2010

Hace unos días terminé de leer “El Vencedor Está Solo”, última novel de Paulo Coelho quien por primera vez incursiona en el género policíaco.

“Ambientada en el atractivo entorno del festival de Cannes, El vencedor está solo va mucho más allá del lujo y el glamour, y nos aboca a una profunda reflexión acerca de la fuerza de los propios sueños y de cuál es la escala de valores con la que nos medimos. Durante 24 horas seguiremos los pasos de Igor, empresario ruso magnate de las comunicaciones, destrozado por una dolorosa ruptura sentimental, y conoceremos su delirante plan para atraer la atención de su ex mujer. En su camino se cruzarán Gabriela, una joven y ambiciosa actriz; Jasmine, modelo de Ruanda exiliada en Europa; Javits, un productor influyente y corrupto; y Hamid, estilista que empezó de cero y está hoy en la cima de su gloria. La aparición de Igor cambiará para siempre las vidas de todos ellos. Un intenso, sincero y bien documentado viaje hacia nuestra constante fascinación por la fama, el éxito y el dinero, que se eleva hasta convertirse en una impactante y necesaria denuncia del lado más superficial, intrascendente y depredador del mundo en que vivimos”. Tomado de Lecturalia.

A pesar de que personalmente no soy seguidora de la obra de Coelho, no deja de resultarme interesante el enfoque de esta historia, en la que aborda a mi parecer un tema principal visto desde dos ángulos distintos: “El fin justifica los medios”

Es así como nos encontramos, por un lado, con un grupo de personajes con diferentes aspiraciones “artísticas” (digo artísticas entre comillas porque a medida que las páginas van pasando, se puede notar que se trata únicamente de aspiraciones de éxito en un medio glamoroso, el contenido realmente artístico pasa a un muy relegado segundo plano) y con el propósito de alcanzar sus metas son capaces de recurrir prácticamente a cualquier recurso, aunque ello implique sacrificios morales y se vean ante la necesidad de mancillar la propia dignidad para lograr el objetivo. Todo lo anterior si contar con la frustración y la tristeza al enfrentar el fracaso y la soledad, después de haberlo entregado todo por una ilusión fatua y vacía.

Por otro lado tenemos a Igor, un magnate ruso que intenta recuperar a una ex esposa (Ewa) que lo abandonó por otro hombre después de haber pasado años sumida en un matrimonio que sólo figuraba en el papel, pero en cuya realidad no había comunicación ni compenetración y, más grave aún, en el transcurso de los años fueron perdiendo el proyecto de vida en conjunto, comenzaron a tomar caminos diferentes.

Con el objetivo de que Ewa vea el error que cometió al dejarlo, Igor elabora un macabro plan de tan sólo 24 horas de duración, pero no por corto en el tiempo es escaso en muerte y sufrimiento e involucra de manera nefasta los demás personajes de la historia.

Finalmente el Lector, al igual que Igor, termina por preguntarse si existe alguna justificación para “destruir mundos” (así lo define el personaje) con el propósito de hacer llegar un mensaje de amor bizarro y distorsionado, un amor entendido como posesión/pertenencia y no como decisión voluntaria de recorrer un camino conjunto.

Insisto en que me pareció interesante, sobre todo si se mantiene en mente que es la primera aproximación del autor al género policíaco, sin embargo también es cierto que tal como ha ocurrido en otros de sus libros toca temas importantes pero no de manera demasiado profunda (este comentario lo hago a la luz de mis propias expectativas como lectora). En ocasiones he llegado a pensar que con la genuina voluntad de llevar su mensaje a la mayor cantidad posible de personas, se queda un poco en el lado edulcorado sin ir a la verdadera médula de los recovecos del alma y la mente del ser humano, sin alumbrar mucho en esos rincones oscuros en los que nadie quiere mirar sólo por no tener que admitir que es allí donde se refugian los verdaderos miedos, esos temores que terminan siendo taras que incapacitan el crecimiento humano, aquéllas que sólo mirándolas de frente y a los ojos se pueden llegar a dominar.

En todo caso y más allá de esta visión personal, les dejo la recomendación para que formen ustedes sus propias conclusiones.

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